#UnionCivilYa
La diferencia como posibilidad
He dejado pasar las horas, pero aún así la cólera, la decepción, la impotencia, la vergüenza continúan. Ayer, un pequeño, pequeñísimo grupo de congresistas decidieron dejar en los márgenes de la vida social a un grupo de peruanos y peruanas.
Ayer luego de pasar al archivo el proyecto de ley de unión civil tuve ganas de insultar, de gritar que no es posible tanta irracionalidad, tanto prejuicio, tanto miedo, tanta injusticia. El esfuerzo por no hacerlo fue enorme. Lo logré. El insulto se ahogó en la garganta y estuvo bien. Estuve a punto de reclamar con sinrazones actos sin razón.
La pausa siempre sirve. Me ayudó porque mostró cuan débil es la barrera que separa la reflexión del prejuicio. Esas barreras que no lograron sobrepasar nueve congresistas. Y aun cuando la indignación no desaparece, la pausa ayuda a ver las cosas menos borradas.
Nos falta como Estado comprender que la vida pública se ordena con las reglas de la vida pública y no con aquellas que pertenecen al campo de lo privado. Que se legisla con el derecho, aun con sus fallas y potencialidades, y no con los oscuros repliegues de los dogmas. Que el Estado es de los ciudadanos que dejan de ser subordinados para ser actores con derecho a definir cuáles son o no los problemas sociales comunes.
Nos falta como sociedad reconocernos como diferentes sin que eso signifique imposibilidad.
Durante la segunda mitad de los años noventa, un texto titulado "¿En qué creen los que no creen?" recogió un diálogo sostenido entre Carlo Maria Martini, cardenal de Milán y miembro del Pontificio Consejo para la Cultura, y Umberto Eco, semiólogo e intelectual de la Universidad de Bolonia, acerca de la posibilidad de pensar en un terreno ético común para laicos y católicos; en buena cuenta, para creyentes y agnósticos.
A pesar de hablar desde posiciones opuestas, y sin renunciar a ellas, ambos lograron construir la potente idea de que la esperanza en el futuro es posible, en tanto aceptemos al «otro» como absolutamente otro.
Un mejor país es aquel que logra acercarse más al círculo virtuoso que se consigue cuando mejores personas construyen mejores sociedades, a la vez que mejores sociedades producen mejores personas.
Mientras buscamos construir ese círculo. Mientras pensamos en ese futuro posible. Mi respeto y acompañamiento a quienes mientras se curan las heridas, empuñan ideas para dar otra batalla por un mejor país, por un futuro posible.
#UnionCivilYa