Encandilados
La educación en el discurso de 28
12 minutos fueron los dedicados en el discurso del presidente Humala a la educación. Más allá de los asuntos específicos a los que se refirió, muchos de ellos logros por cierto, me faltaron algunos temas, más políticos que técnicos.
Antes, el fragmento de educación fue presentado con una estrategia, aparentemente ganadora, ponerle "rostro a las cifras" y cosechar los "logros pasados". El primer caso se basa en la vieja y discutible hipótesis que sostiene que las historias de éxito generan éxito. La segunda, más simple, es sacarle lustre a aquello que ha generado un consenso positivo.
La opción tomada por el presidente y, probablemente por el Ministro Saavedra, no fue anunciar nada de cara al año que le queda, al futuro. No hubo mención a cómo se van a cerrar las brechas educativas entre las zonas urbanas y rurales; que incluyen acciones para mitigar los efectos no deseados en desigualdad educativa que generan medidas como los COAR, los colegios emblemáticos y los bonos por desempeño.
También pensando el futuro, no hubo menciones claras sobre como afrentarán este año la consolidación de la reforma universitaria, en un contexto de amenaza contra la ley universitaria por parte de los principales candidatos presidenciales y con una presidencia del Congreso contraria a dicha ley y, probablemente, a las iniciativas (ley de institutos y sistema de acreditación) que entrarán en discusión en el pleno.
Que el brillo legítimo que produce el éxito del momento no nos encandile de forma tal que no podamos ver el camino hacia el futuro.
Las reformas que generan cambios son aquellas que cambian los sentidos y eso se logra solo en el mediano plazo.